Por: Jimena Férez
Lic. en Educación Preescolar. Mamá de Javi y Mariana
Con una maternidad bastante relajada.
Orgullosamente #EnRedHada
Ciudad de México
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La maternidad definitivamente es un viaje solitario.
Hay días que solo sabes el horario porque lo divides en tomas de leche, cambios de pañales y siestas cuando están pequeños. Cuando entran a la escuela tratas de acomodar el tiempo “libre” para hacer la única cosa que te alcanza el tiempo.
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Te conviertes en mamá y empiezas a extrañar a tu pareja, a tus amigos e incluso muchas veces te extrañas a ti misma. La idea romántica de la maternidad de nuestras abuelas se pasó de generación en generación hasta que llegó a una la cual no se nos dá aguantar tanto.
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Ahora sabemos que es normal a veces sentirnos saturadas de todo esto. Es completamente abrumador tener que educar, poner límites, hacer las cosas perfectas para no sentirnos juzgadas.
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A veces, solo a veces, fantaseamos con la idea de haber seguido en ese trabajo, cuánto tiempo nos dedicaríamos, cuántas fiestas y amigos tendríamos si no hubiéramos sido mamás.
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La soledad de la maternidad pocas lo entienden pero muchas lo sienten porque nos enfrentamos a nuestros errores sin decirle a nadie. Hoy quiero que sepan que aunque nadie lo diga por ahí, no están solas en su pensamiento ni en su sentir.
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Este momento en el que estás pensando que fallaste en algo, les aseguro que somos más de mil conectando con ustedes. Nadie jamás será la mamá perfecta en sus propios ojos pero dentro de la soledad de la maternidad descubres unos ojitos que creen que siempre serás la mejor y te hacen sentir que al final no estás tan sola como tu habías creído.
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Jimena @MadreHadisima
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