Por: Meina Sicairos
Viva la vida - Bloguero
Nadie es como tú, ese es tu super poder!
Humor, netas y cero juicios
Winchester, California
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Cuando me convertí en mamá mi mente no dejaba de decirme que lo estaba haciendo mal, que estaba fallando ¿Porque yo no me sentía bien?, me sentía frustrada, cansada, triste, enferma, pero ¿Cómo es que antes existían estas mamás con súper poderes especiales que podían hacer todo? ¿Porque ellas si podían y yo no? Respuesta: Romantización de la maternidad.
¿Cómo puede ser posible que no le quieras dar más hermanitos? ¡Que egoísta eres! ¡Cuando tengas hijos te vas a sentir plena! ¡Ser madre es lo mejor que le puede pasar a una mujer!
Muchas de estas frases las hemos escuchado, se nos ha venido inculcando esta maternidad perfecta, esta maternidad de revista, donde nos dicen que es el punto máximo de una mujer.
Y siiii, la maternidad es hermosa, no la cambio por nada, si es lo mejor que me pudo haber pasado y mis hijos son mi vida, pero, LA MATERNIDAD NO ES PERFECTA, o bueno, no es esta maternidad que nos han venido mostrando en la televisión, no son cantos, sonrisas, bailes y felicidad todo el tiempo, son llantos, frustraciones, tristeza, soledad también y desgraciadamente nuestras abuelas o mamás no tenían la dicha de poder expresarse, por que tristemente eran juzgadas como malas madres, ¡tu decidiste serlo, ahora te aguantas, ejerce tu rol en la sociedad!
Validemos nuestras emociones, son normales. Las mamás también somos seres humanos que sentimos, no tenemos súper poderes, tenemos mucho amor por nuestros hijos y esto hace que, aunque no nos sintamos bien, sigamos adelante.
Cuando entendí esto, es como si me hubiera tomado una pastilla relajante (bueno, no tanto), pero si empecé a pedir ayuda, a recargarme en mi esposo, que es parte sumamente importante en la crianza de nuestros hijos, empecé a compartir esta maternidad imperfectamente perfecta, que se equivoca, se enoja, se frustra, pero que todos los días decide dar lo mejor.
A tí que me lees, te entiendo, he estado ahí y pasa, te lo prometo, no eres mala mamá por querer unos minutos, horas o tal vez días para ti, apóyate en un ser querido, tal vez tu esposo, tu mamá, una amiga, prima, si miras a tu alrededor vas a ver a alguien que está ahí para ti.
¿Vives lejos de tu familia? Te entiendo, yo también, pero bendito internet y benditas redes sociales, que pueden apoyarnos en crear una tribu virtual, que nos puede leer o escuchar sintiéndola ahí cerquita.
Meina Sicairos